Mata Hari
Nació en los Países Bajos en 1876 y se llamaba Margaretha Geertruida Zelle , pero para el mundo ella es y siempre será Mata Hari , “ojo del día” en idioma malayo, el espía más famosa y sexy de la historia contemporánea.
En 1895, a la edad de 19 años, Margaretha se casó con un oficial mucho mayor, Rudolf MacLeod. ella con quien tuvo dos hijos, pero cansada y aburrida del tipo de vida que llevaba y sintiéndose atrapada en un matrimonio infeliz, en 1900 se divorció y se mudó a París. .
Y aquí empezó el mito: con el nombre artístico Mata Hari , la niña comenzó su carrera como bailarina actúa en lugares públicos en particular y danzas evocadoras entre el estilo oriental y el art nouveau , jugando con sus habilidades seductoras naturales, fue capaz de encantar al público masculino, quien aparentemente quedó extasiado viéndola interpretar la danza de los siete velos semidesnuda.
El éxito fue rotundo y toda Europa acogió con agrado las giras con entusiasmo del joven artista.
Ella, que mientras tanto, entre espectáculo y espectáculo, se había convertido en una asidua frecuentadora de salones y dormitorios de las principales ciudades del Viejo Continente, así como en una íntima amiga de muchos oficiales de alto rango del ejército.El estallido de la Gran Guerra Trastornó inevitablemente la vida de muchas personas, y la de Mata Hari no fue la excepción:amante del lujo y hábil seductora, era la candidata ideal para robar los secretos más ocultos de las altas esferas militares, y no desaprovechó la oportunidad, que efectivamente capturados sobre la marcha, para realizar peligrosas maniobras de doble agente a sueldo de alemanes y franceses.
Sin embargo, su papel fue descubierto y ya no tuvo escapatoria; en 1917 , tras un juicio sumario en París, la mujer fue condenada a muerte ella por alta traición, la acusó de haber proporcionado importante información militar a un jefe de la embajada alemana en Madrid.
El día de la ejecución estaba fijado para el 15 de octubre: Mata Hari murió gritando su inocencia, y como relatan las crónicas, besando a los soldados encargados de matarla.