1. Creencias igualitarias:los cuáqueros creen en la igualdad inherente de todos los individuos, independientemente de su género o estatus social. Este principio estuvo profundamente arraigado en la educación de Anthony e influyó en su defensa de los derechos de las mujeres. Vio la desigualdad que enfrentaban las mujeres como una desviación de los valores cuáqueros y buscó desafiar las normas sociales que perpetuaban la discriminación de género.
2. Compromiso con la justicia social:los cuáqueros enfatizan la justicia social y la importancia de utilizar su fe para abordar los problemas sociales. Anthony llevó esta creencia a su activismo, viendo la lucha por los derechos de las mujeres como una cuestión de justicia moral y social. Creía que promover la igualdad de derechos para las mujeres beneficiaría no sólo a las mujeres sino también a la sociedad en su conjunto.
3. Resistencia noviolenta:los cuáqueros practican la noviolencia como medio para resolver conflictos. Este principio influyó en el enfoque de Anthony hacia el activismo. Si bien le apasionaba su causa, creía en el uso de métodos pacíficos y sin confrontación para lograr el cambio.
4. Libertad religiosa y derechos de las mujeres:los cuáqueros tienen una larga historia de defensa de la libertad religiosa y de desafío a la autoridad. Anthony aplicó estos principios al movimiento por el sufragio femenino, considerando la restricción de los derechos de las mujeres como una violación de su libertad religiosa y civil.
5. Activismo y defensa:los cuáqueros fomentan la participación activa para mejorar la sociedad. La educación de Anthony dentro de la comunidad cuáquera le inculcó un sentido de responsabilidad cívica y la importancia de tomar medidas para marcar la diferencia. A lo largo de su vida, abogó incansablemente por los derechos de las mujeres, dio numerosas conferencias y dirigió campañas a favor del sufragio femenino.
6. Hermandad y comunidad:las comunidades cuáqueras enfatizan la importancia de fomentar relaciones sólidas y apoyarse mutuamente. Anthony encontró camaradería y apoyo entre otras mujeres cuáqueras que compartían su pasión por los derechos de las mujeres. Estas conexiones impulsaron su activismo y proporcionaron un sentido de pertenencia dentro del movimiento por el sufragio femenino en general.
En conclusión, la religión cuáquera fue parte integral de la vida de Susan B. Anthony, moldeando sus valores, creencias y compromiso con la justicia social. Los principios que aprendió como cuáquera guiaron su activismo, influyeron en su enfoque de los derechos de las mujeres y contribuyeron a sus impactantes contribuciones al movimiento por el sufragio femenino.