1. Representación injusta: Los colonos creían que se les cobraban impuestos sin tener representación alguna en el Parlamento británico. Argumentaron que "impuestos sin representación" era una violación de sus derechos como ciudadanos británicos.
2. Impuestos altos: Los impuestos impuestos por el gobierno británico a menudo se consideraban excesivos y gravosos. Los colonos sentían que estaban pagando más impuestos de los que les correspondían, mientras que los ricos y poderosos de Gran Bretaña disfrutaban de tipos impositivos más bajos.
3. Falta de control sobre los impuestos: Los colonos no tenían voz y voto en cómo se gastaban los impuestos que pagaban. Esta falta de control sobre sus propias finanzas alimentó aún más su resentimiento hacia los recaudadores de impuestos.
4. Símbolo de opresión: Los recaudadores de impuestos a menudo eran vistos como símbolos de la opresión y el control británicos. Fueron vistos como ejecutores de políticas impopulares y como agentes de un gobierno distante que no entendía ni se preocupaba por las necesidades de los colonos.
5. Corrupción y abuso: Se sabía que algunos recaudadores de impuestos participaban en prácticas corruptas, como exigir sobornos o cobrar tarifas excesivas. Estos abusos erosionaron aún más la confianza en el sistema de recaudación de impuestos y hicieron que los recaudadores de impuestos fueran aún más impopulares.
El odio hacia los recaudadores de impuestos fue uno de los factores que contribuyeron a las crecientes tensiones entre los colonos y el gobierno británico, lo que finalmente condujo a la Revolución Americana.