Las máscaras mortuorias a menudo estaban hechas de cera, yeso o metal y, por lo general, se tomaban unas horas después de la muerte de una persona. Esto se hizo para capturar los rasgos de la persona con la mayor precisión posible, antes de que el cuerpo comenzara a descomponerse.
Para honrar a los difuntos
Las máscaras mortuorias también se consideraban una forma de honrar a los difuntos. A menudo se exhibían en la casa de la familia del difunto o en una capilla conmemorativa. Esto permitió a la gente recordar a la persona y presentar sus respetos mucho después de su muerte.
Para estudiar al difunto
Las máscaras mortuorias también se utilizaron para estudios científicos. Artistas, anatomistas y antropólogos estudiarían las máscaras para aprender más sobre la anatomía humana y las expresiones faciales. Esta información se utilizaba a menudo para crear esculturas y pinturas más realistas o para comprender mejor las causas de la muerte.
Registro histórico
Las máscaras mortuorias sirven como registro histórico de los fallecidos. Proporcionan una visión de la vida de personas de diferentes épocas y culturas, y pueden ayudarnos a aprender más sobre sus costumbres y creencias.