El gobierno federal ha utilizado la Ley Sherman Antimonopolio para disolver muchos grandes monopolios, incluidos Standard Oil y AT&T. También se ha utilizado para evitar fusiones y adquisiciones que habrían dado lugar a una excesiva concentración de poder en una sola empresa.
La Ley Sherman Antimonopolio ha logrado promover la competencia y proteger a los consumidores de los efectos nocivos de los monopolios. Sin embargo, algunos críticos argumentan que la ley es demasiado amplia y que puede utilizarse para impedir prácticas comerciales legítimas.
Éstos son algunos de los resultados específicos de la Ley Sherman Antimonopolio:
- La desintegración de Standard Oil. Standard Oil fue uno de los monopolios más poderosos de la historia de Estados Unidos. Controlaba más del 90% del negocio de refinación de petróleo en Estados Unidos. En 1911, la Corte Suprema dictaminó que Standard Oil era un monopolio y ordenó su división en 34 empresas más pequeñas.
- La disolución de AT&T. AT&T era la empresa de telecomunicaciones más grande de Estados Unidos. Controlaba más del 90% del mercado de telefonía de larga distancia. En 1982, el Departamento de Justicia presentó una demanda contra AT&T, alegando que era un monopolio. En 1984, AT&T llegó a un acuerdo que le exigía dividirse en siete empresas operativas regionales de Bell.
- La prevención de fusiones y adquisiciones. La Ley Sherman Antimonopolio se ha utilizado para evitar muchas fusiones y adquisiciones que habrían dado lugar a una demasiada concentración de poder en una sola empresa. Por ejemplo, en 1998, el Departamento de Justicia bloqueó la fusión de Staples y Office Depot porque habría creado un monopolio en el mercado de suministros de oficina.
La Ley Sherman Antimonopolio ha sido una poderosa herramienta para promover la competencia y proteger a los consumidores de los efectos nocivos de los monopolios. Sin embargo, algunos críticos argumentan que la ley es demasiado amplia y que puede utilizarse para impedir prácticas comerciales legítimas.