Icebergs y mal tiempo: Las aguas del Atlántico Norte eran traicioneras y Cabot encontró numerosos icebergs y tormentas durante su viaje. Estos peligros dificultaban la navegación y aumentaban el riesgo de naufragio.
Territorio desconocido: Cabot estaba explorando aguas desconocidas y tenía poco conocimiento de la geografía y las condiciones que encontraría. Esto dificultó la planificación y la navegación eficaz de su ruta.
Motín: Algunos miembros de la tripulación de Cabot se sintieron descontentos y se amotinaron, probablemente debido a las dificultades y riesgos que enfrentaban. Esto supuso una amenaza para la unidad y disciplina de la expedición.
Enfermedad y muerte: Cabot y su tripulación enfrentaron varias enfermedades, probablemente debido a las duras condiciones, la desnutrición y la falta de suministros médicos. Algunos miembros de la tripulación murieron a causa de estas enfermedades, lo que agotó aún más la mano de obra y la moral de la expedición.
Falta de comunicación: Cabot no tenía medios para comunicarse con sus patrocinadores ni con otras expediciones en Europa. Esto dificultó recibir apoyo o asistencia en caso de emergencias o eventos inesperados.
Exploración limitada: El tiempo que Cabot pasó en América del Norte fue limitado y no pudo explorar en gran profundidad. Probablemente se perdió muchos descubrimientos importantes y perdió la oportunidad de establecer una presencia duradera en el Nuevo Mundo.