La aparición de los armarios coincidió con varios cambios sociales y tecnológicos. A medida que las ciudades se expandieron y los espacios habitables se hicieron más pequeños, hubo una creciente necesidad de un uso eficiente del espacio. El desarrollo de nuevas técnicas y materiales constructivos, como el armazón globo, facilitó la inclusión de los armarios dentro del diseño interior de las viviendas.
A principios del siglo XX, los armarios se convirtieron en una característica estándar en las nuevas construcciones, especialmente en las casas de clase media y alta. La incorporación de armarios empotrados aumentó la funcionalidad y el atractivo de las casas, ya que proporcionaban un espacio designado para el almacenamiento y la organización, lo que conducía a un entorno de vida más ordenado.
Sin embargo, vale la pena señalar que la cantidad de armarios variaba según factores socioeconómicos y regiones geográficas. En las zonas rurales y en los hogares de bajos ingresos, la adopción de los armarios podría haber ocurrido más tarde o en menor medida en comparación con los entornos urbanos y más prósperos.