Peregrinación a Roma:San Francisco emprendió una peregrinación a Roma, a menudo vista como un viaje espiritual, para visitar las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo. Al buscar sus intercesiones, pretendía obtener guía espiritual y bendiciones divinas para su misión.
Obtención de la aprobación papal:San Francisco viajó a Roma para buscar la aprobación papal para su nueva orden religiosa, la Orden Franciscana. Buscó el reconocimiento de la Iglesia Católica por el modo de vida que imaginaba para él y sus seguidores, basado en la pobreza, la castidad, la obediencia y el amor.
Predicar y difundir el Evangelio:Durante su viaje, San Francisco predicó y difundió activamente el mensaje del Evangelio a las personas que encontró en el camino. Creía en el poder de la evangelización y quería compartir el amor y las enseñanzas de Jesucristo con los demás.
Encuentro con los pobres y marginados:San Francisco tenía una compasión especial por los miembros pobres y marginados de la sociedad. Su viaje le brindó oportunidades para servir a los necesitados, mostrar compasión y modelar los valores franciscanos de sencillez, humildad y generosidad.
Fortalecimiento de la Orden Franciscana:San Francisco aprovechó la oportunidad de su viaje para fortalecer los lazos dentro de la comunidad franciscana. Animó a los frailes que lo acompañaban a vivir en armonía y unidad, reforzando la misión común y la dedicación a los votos.
Testimonio de la unidad cristiana:El viaje de San Francisco también reflejó su deseo de unidad cristiana. Interactuó con varias figuras religiosas y laicos durante sus viajes, fomentando un sentido de compañerismo entre los cristianos y enfatizando los vínculos comunes de fe y caridad.
En general, el viaje de San Francisco fue una experiencia multifacética que incluyó peregrinación, búsqueda de aprobación, evangelización, servicio a los demás, refuerzo de su comunidad religiosa y promoción de la unidad cristiana. Su objetivo era cumplir sus aspiraciones espirituales y promover la misión de la Orden Franciscana.