Hay varias razones por las que algunas peleas de gladiadores se libraban a muerte. En primer lugar, se creía que la sangre de los gladiadores tenía un significado religioso. Se pensaba que la sangre de los gladiadores podía apaciguar a los dioses y traer buena fortuna a la ciudad. En segundo lugar, las luchas de gladiadores se consideraban una forma de entretenimiento público. El pueblo romano disfrutaba viendo a los gladiadores pelear y matarse entre sí, y cuanto más brutales eran las peleas, más populares se volvían. En tercer lugar, las luchas de gladiadores se utilizaban como forma de castigar a criminales y enemigos políticos. Al obligarlos a luchar hasta la muerte, las autoridades romanas podían humillar y ejecutar públicamente a sus enemigos.
Es importante señalar que no todos los gladiadores fueron obligados a luchar hasta la muerte. Muchos gladiadores eran voluntarios que eligieron luchar en la arena por diversas razones, incluido el dinero, la fama y la oportunidad de ganarse la libertad. Sin embargo, los gladiadores que luchaban en los munera eran típicamente criminales condenados o esclavos que no tenían más remedio que luchar hasta la muerte.