1. Estatus Jurídico:
- Las familias esclavas no tenían reconocimiento ni protección legal. Se consideraban propiedad de sus dueños y se compraban, vendían y comercializaban como mercancías.
2. Separación de familias:
- Las familias de esclavos corrían constantemente el riesgo de desintegrarse. Los propietarios comúnmente vendían miembros individuales de la familia a diferentes compradores, separando a los padres de los hijos, a los cónyuges entre sí y a los hermanos de los hermanos. Esto causó una inmensa angustia emocional y un trauma.
3. Cría de esclavos:
- Algunos dueños de esclavos practicaban una práctica cruel conocida como cría de esclavos, donde las mujeres esclavizadas eran obligadas a tener hijos específicamente con el fin de aumentar la fuerza laboral o para la venta. Estas mujeres no tenían control sobre sus cuerpos ni sobre sus opciones reproductivas.
4. Trabajo infantil:
- Los niños esclavos a menudo eran obligados a trabajar desde una edad temprana, realizando diversas tareas en las plantaciones, en el campo o realizando labores domésticas. Tenían pocas o ninguna oportunidad de educación o desarrollo personal.
5. Abuso físico y sexual:
- Las familias esclavas sufrieron frecuentes abusos físicos y sexuales a manos de sus dueños y capataces. Las mujeres esclavas eran particularmente vulnerables a la explotación y la agresión sexual. Los niños tampoco se libraron de estos abusos.
A pesar de estos inmensos desafíos, los afroamericanos esclavizados demostraron una increíble resistencia y mantuvieron fuertes lazos familiares dentro de las circunstancias limitadas que se les permitieron. Dependeron de redes sociales informales, apoyo comunitario y prácticas religiosas para encontrar consuelo y mantener un sentido de comunidad.