* Racismo y prejuicio: Muchos blancos en los Estados Unidos tenían creencias racistas sobre los negros, creyéndolos inferiores y merecedores de castigo. Este racismo se reflejó en las leyes y prácticas del sistema de justicia penal, que discriminaba a los negros en todas las etapas, desde el arresto hasta la sentencia.
* Desigualdad económica: Los negros a menudo eran pobres y carecían de acceso a educación, vivienda y atención médica de calidad. Esto los hizo más propensos a estar involucrados en delitos y más vulnerables a ser arrestados y condenados.
* Privación de derechos políticos: A los negros a menudo se les negaba el derecho a votar y ocupar cargos públicos, lo que significaba que tenían poco poder para influir en las leyes y políticas que afectaban sus vidas. Esto les dificultó desafiar la discriminación que enfrentaban en el sistema de justicia penal.
Como resultado de estos factores, los negros tenían más probabilidades de ser arrestados, condenados y sentenciados a prisión que los blancos por los mismos delitos. También cumplieron condenas más largas y tenían más probabilidades de ser sometidas a violencia y abusos en prisión.
Estados Unidos ha logrado algunos avances para abordar estas injusticias, pero aún queda un largo camino por recorrer. Los negros siguen estando sobrerrepresentados en el sistema de justicia penal y siguen enfrentando discriminación en muchas áreas de la vida.