La opinión pública de Austria-Hungría apoyó en gran medida la guerra. El asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero al trono, provocó indignación y deseo de venganza contra Serbia. Muchos austriacos creían que Serbia era una amenaza para la estabilidad del imperio y que la guerra era necesaria para preservar la monarquía.
Alemania
En Alemania, la opinión pública también apoyó en gran medida la guerra. Al pueblo alemán se le había hecho creer que la guerra era defensiva y que Alemania estaba luchando por su supervivencia contra una alianza hostil de Rusia, Francia y Gran Bretaña. Muchos alemanes también estaban motivados por un sentido de patriotismo y una creencia en la superioridad de la cultura alemana.
Francia
En Francia, la opinión pública era más variada. Algunos franceses apoyaron la guerra como una forma de vengar la invasión alemana de 1870 y recuperar la provincia perdida de Alsacia-Lorena. Otros se oponían a la guerra por temor a que provocara un baño de sangre y que Francia fuera derrotada.
Gran Bretaña
En Gran Bretaña, la opinión pública también era mixta. Algunos británicos apoyaron la guerra como una forma de defender Bélgica, que había sido invadida por Alemania, y para evitar que Alemania se volviera demasiado poderosa. Otros se oponían a la guerra por temor a que condujera a una lucha larga y sangrienta.
En general, la opinión pública en los países involucrados en la Primera Guerra Mundial era compleja y variada. Mientras algunos apoyaban la guerra, otros se oponían. Las razones de estas diferentes opiniones fueron muchas y variadas, e incluyeron factores como el nacionalismo, el patriotismo, el miedo y el deseo de venganza.