La Peste Negra tuvo un impacto devastador en Europa, donde se estima que mató entre el 30% y el 60% de la población. En algunas zonas, el número de muertos fue aún mayor, y algunas ciudades y pueblos quedaron completamente arrasados. La peste negra también tuvo un impacto significativo en la economía, el comercio y la cultura de Europa.
En los años posteriores a la peste negra, hubo un período de decadencia económica y malestar social en Europa. La escasez de mano de obra provocó un aumento de los salarios y una disminución del poder de los señores feudales. La Peste Negra también provocó un renovado interés por la religión y el misticismo, así como una ola de antisemitismo.
La peste negra tuvo un impacto duradero en el mundo. Cambió el curso de la historia en Europa y ayudó a dar forma al mundo moderno.