Fase 1:
Durante la primera parte del Imperio Nuevo, del siglo XVI al XIII a. C., Egipto tuvo una poderosa presencia en Nubia. Faraones como Tutmosis I, Hatshepsut, Tutmosis III y Amenhotep III lideraron campañas militares en Nubia, extendiendo el control de Egipto hasta la Cuarta Catarata, que se encuentra en el actual norte de Sudán. Los egipcios establecieron guarniciones militares, fortalezas y centros administrativos en la región. Si bien Egipto ejerció control político y militar, se concedió un grado considerable de autonomía local a los territorios nubios. El comercio y el intercambio cultural florecieron entre las dos regiones.
Fase 2:
El Imperio Nuevo tardío, del siglo XII al XI a. C., vio un debilitamiento gradual de la influencia de Egipto en Nubia. Egipto ya no llevó a cabo campañas militares sostenidas en la región. En cambio, hubo una interacción pacífica entre los dos reinos. Las élites nubias adoptaron las costumbres, la arquitectura y las prácticas religiosas egipcias. El comercio, incluido el oro, continuó entre ellos. Esta fase de coexistencia pacífica terminó durante el Tercer Período Intermedio, cuando Egipto sufrió una fragmentación interna y ambas potencias quedaron enredadas en un juego geopolítico más complejo que involucraba a otros actores regionales importantes como los libios y los Pueblos del Mar.