La institución de la esclavitud en los Estados Unidos estaba profundamente entrelazada con los sistemas económicos, sociales y políticos del país. La economía del Sur dependía en gran medida de la mano de obra de los afroamericanos esclavizados, que trabajaban en diversos sectores como la agricultura, la minería y la manufactura. El sistema de esclavitud también dio forma a la estructura social del Sur, con una clara división entre blancos y negros y un conjunto de leyes y costumbres que imponían esta separación. Políticamente, la cuestión de la esclavitud fue una fuente de tensión y conflicto entre los estados del norte y del sur, lo que finalmente condujo a la Guerra Civil estadounidense.
La abolición de la esclavitud en Estados Unidos se produjo en 1865 con la ratificación de la 13ª Enmienda a la Constitución. Sin embargo, el legado de la esclavitud continuó moldeando la sociedad estadounidense de muchas maneras y los afroamericanos enfrentaron discriminación y segregación constantes. Fueron necesarios décadas de lucha y activismo para que los afroamericanos aseguraran sus plenos derechos civiles y la igualdad de trato ante la ley.