- Deshabitada - Los desiertos son vastos y escasamente poblados, lo que facilita contener los efectos inmediatos de las explosiones y mitigar el riesgo de exposición inmediata a la radiación de un gran número de personas.
- Aislamiento - Las ubicaciones remotas de muchas zonas desérticas permitieron un mayor control y seguridad durante las pruebas, minimizando el riesgo de acceso no autorizado y posibles interferencias.
- Gran espacio abierto - Las extensas extensiones de desierto proporcionaron espacio suficiente para llevar a cabo experimentos a gran escala, incluidas explosiones en el aire y grandes explosiones, al tiempo que facilitaron la construcción de las instalaciones y la infraestructura necesarias.
- Infraestructura mínima - La falta de actividad humana significativa en muchos desiertos significó que había una mínima infraestructura preexistente que pudiera resultar dañada o afectada por las explosiones de prueba, reduciendo el potencial de daños colaterales.
- Idoneidad Geológica - Las características geológicas y la composición de determinados desiertos, como la presencia de suelos estables y formaciones rocosas, los hacían aptos para la construcción de búnkeres y otras estructuras necesarias para controlar y registrar las explosiones.
- Condiciones climáticas - Las condiciones climáticas generalmente secas y estables en muchos desiertos proporcionaron condiciones atmosféricas predecibles y favorables para realizar pruebas con una interferencia mínima de fenómenos meteorológicos adversos, como tormentas y lluvias intensas.