El 29 de abril de 2013, Bangkok registró su temperatura más alta en la historia, unos abrasadores 40,8 grados Celsius (105,4 grados Fahrenheit). Esta intensa ola de calor se atribuyó a la influencia del fenómeno climático de El Niño, que provoca temperaturas superficiales del mar más cálidas que el promedio en el Océano Pacífico.
Las temperaturas extremas provocaron importantes molestias y riesgos para la salud de los residentes de Bangkok. La calidad del aire de la ciudad también se vio afectada, con altos niveles de partículas que contribuyeron a niveles de contaminación nocivos para la salud. El gobierno emitió avisos instando a las personas a permanecer en casa tanto como sea posible, tomar precauciones para evitar un golpe de calor y buscar atención médica si experimentan síntomas relacionados con el calor.
El calor récord no sólo afectó a Bangkok sino también a otras partes de Tailandia y el Sudeste Asiático. Varias otras ciudades de la región experimentaron temperaturas inusualmente altas, lo que generó preocupación sobre la posibilidad de olas de calor más frecuentes y severas debido al cambio climático.