Dicho esto, el calendario chino tiene una historia rica y fascinante. La evidencia más antigua de un calendario chino se remonta a la dinastía Shang (alrededor de 1600-1046 a. C.), donde las inscripciones en huesos de oráculos muestran el uso de un calendario lunar. Este calendario se basó en los ciclos de la luna, similar a muchos otros calendarios antiguos alrededor del mundo.
Con el tiempo, el calendario chino evolucionó y se volvió más sofisticado. Los astrónomos y matemáticos hicieron observaciones cuidadosas de eventos celestes, como solsticios y equinoccios, para alinear el calendario con el año solar. Esto llevó al desarrollo del calendario lunisolar, que combinaba elementos lunares y solares para crear una representación más precisa de las estaciones.
El calendario chino también incorporó elementos de la astrología, 五行 (Cinco elementos) y otras creencias filosóficas, que influyeron en la denominación de los meses y años, así como en la predicción de días propicios y desfavorables para diversas actividades.
Por lo tanto, si bien los chinos no necesariamente inventaron el concepto de calendario, sus contribuciones e innovaciones a su propio sistema de calendario, como el calendario lunisolar y la integración de principios astronómicos y filosóficos, hicieron del calendario chino un desarrollo significativo y único en el Historia de la cronometraje y tradiciones culturales.