Confucianismo:
1. Piedad filial: Enfatizó el respeto y la obediencia hacia los padres y los mayores, así como la lealtad a la familia y los antepasados.
2. Orden social: Promovió una estructura social jerárquica con el emperador en la cima, seguido de los funcionarios, la gente común y los esclavos.
3. Aprendizaje y Educación: Valora la educación y el autocultivo para convertirse en un "junzi" (caballero) o una "nüzi" (mujer virtuosa).
4. Ritos y Rituales: Otorgó gran importancia a los rituales y ceremonias para mantener la armonía y el orden en la sociedad.
5. Armonía y Paz: Buscaba lograr la armonía social, la paz y la estabilidad mediante una conducta adecuada y un comportamiento virtuoso.
Taoísmo:
1. Naturaleza y Armonía: Creía en vivir en armonía con la naturaleza y seguir el orden natural del universo (Dao).
2. Simplicidad y satisfacción: Fomentó un estilo de vida simple y autosuficiente centrado en la paz interior y la satisfacción.
3. Wu Wei (Sin acción): Abogó por la no interferencia y por dejar que las cosas sigan su curso natural en lugar de intentar controlarlas o manipularlas.
4. Espontaneidad y no convencionalidad: Valora la espontaneidad, la creatividad y la libertad de las limitaciones sociales.
5. Inmortalidad y Longevidad: Buscó lograr la inmortalidad física y extender la vida útil a través de diversas prácticas.
Budismo:
1. Cuatro Nobles Verdades: Adoptó las enseñanzas budistas fundamentales de las Cuatro Nobles Verdades y el Óctuple Camino para poner fin al sufrimiento y alcanzar la iluminación (nirvana).
2. Compasión y Misericordia: Destacó la importancia de la compasión,慈悲 (cíbēi) y la bondad hacia todos los seres vivos.
3. Renuncia y Liberación: Alentó la renuncia a los deseos y apegos mundanos para liberarse del sufrimiento y alcanzar la liberación.
4. Karma y Reencarnación: Se cree en el ciclo del karma y la reencarnación, donde las acciones en esta vida afectan las existencias futuras.
5. Meditación y Autodisciplina: Practiqué meditación y autodisciplina para desarrollar la paz interior, la sabiduría y el crecimiento espiritual.
Estos valores y creencias coexistieron e influyeron entre sí, dando forma al paisaje cultural, ético y espiritual de la antigua China durante siglos.