Las ruinas aztecas indican mucha más grandeza que calidad. Su arquitectura era menos refinada que la de los mayas. Miles de artesanos trabajaron continuamente para construir y mantener los templos y palacios. Pequeños templos se elevaban sobre altas pirámides de tierra y piedra, con escaleras que conducían a sus portales. En templos y plazas se colocaron imágenes de piedra de los dioses, generalmente monstruosas, y relieves con diseños simbólicos.
La escultura azteca más famosa es la Piedra del Sol, erróneamente conocida como la Calendario de piedra azteca. Está en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México. Con un diámetro de 3,7 m, la piedra tiene en el centro la imagen del dios sol, mostrando los días de la semana azteca y versiones aztecas de la historia mundial, así como mitos y profecías.
Los aztecas eran hábiles artesanos. Teñían algodón, hacían cerámica y adornos de oro y plata, y tallaban muchas joyas finas en jade.
Civilización azteca
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