1. Cubierta aérea: Las trincheras ofrecían protección contra el fuego cenital, como proyectiles de artillería y balas de francotirador. La cubierta superior consistía en refugios, búnkeres y techos reforzados hechos de sacos de arena, troncos o láminas de metal corrugado. Estas estructuras ofrecían una fuerte defensa contra el fuego en picado.
2. Refugio de las balas: Los muros de las trincheras proporcionaban una protección significativa contra las balas enemigas. La altura de las paredes de la trinchera dificultaba que las balas alcanzaran directamente a los soldados a menos que estuvieran parados o expuestos sobre el parapeto.
3. Cubierta durante el movimiento: Las trincheras permitían a los soldados moverse con relativa seguridad entre diferentes posiciones en el campo de batalla. Los soldados podían pasar de una trinchera a otra sin estar expuestos al fuego enemigo, lo que reducía el riesgo de sufrir bajas durante los movimientos de tropas.
4. Ocultación y camuflaje: Las trincheras permitieron a los soldados esconderse de la observación enemiga. Proporcionaron una posición cubierta donde los soldados podían ocultarse y evitar ser descubiertos por francotiradores enemigos o aviones de reconocimiento.
5. Sistema de drenaje: Las trincheras a menudo tenían sistemas de drenaje para evitar inundaciones y anegamientos. Un drenaje adecuado ayudó a mantener un ambiente relativamente seco dentro de las trincheras, mejorando las condiciones de vida de los soldados.
6. Exposición limitada: Las trincheras restringieron la exposición de los soldados al fuego enemigo al reducir el campo de visión. Esto limitaba el área desde la cual podían ser atacados, haciendo más difícil para el enemigo atacarlos.
7. Impacto psicológico: Las trincheras proporcionaban a los soldados una sensación de seguridad y protección, reduciendo el estrés psicológico de estar continuamente bajo fuego. El entorno cerrado y la presencia de compañeros soldados ofrecían cierto consuelo psicológico.
Sin embargo, es importante señalar que las trincheras también plantearon ciertos desafíos, incluida la falta de movilidad, el riesgo de estancamientos en la guerra de trincheras y la exposición a condiciones insalubres dentro de los estrechos confines de las trincheras. A pesar de sus beneficios protectores, las trincheras por sí solas no podían garantizar una seguridad total, ya que a veces eran vulnerables al bombardeo de artillería o a los ataques directos del enemigo.