Durante los primeros años de la Unión Soviética, los bolcheviques llevaron a cabo una serie de políticas encaminadas a eliminar la propiedad privada. Estas políticas incluyeron la nacionalización de industrias, bancos y tierras. El gobierno tomó el control de estos activos y los gestionó de forma centralizada. A los individuos y familias no se les permitía poseer ni operar activos económicos importantes, y la mayoría de las empresas e industrias eran de propiedad y estaban controladas por el Estado.
Si bien se toleraban las pertenencias personales y algunas formas limitadas de propiedad privada, los bolcheviques en general desaprobaban la acumulación de riqueza y recursos por parte de los individuos. Creían que la propiedad privada conducía a desigualdades, explotación e injusticia social, y que una sociedad sin clases sólo podía lograrse mediante la abolición de la propiedad privada.
Sin embargo, con el tiempo, la Unión Soviética comenzó a introducir ciertos elementos de propiedad privada y mecanismos de mercado, particularmente durante la era de la "perestroika" y la "glasnost" a fines de la década de 1980, cuyo objetivo era reformar el sistema económico soviético.
En conclusión, durante los primeros años de la Unión Soviética bajo el gobierno bolchevique, la propiedad privada de los principales activos económicos, como industrias, bancos y tierras, fue abolida en gran medida en favor de la propiedad estatal y la gestión comunal de los recursos. Sin embargo, se permitieron pertenencias personales y algunas formas de propiedad privada limitada.