Una teoría es que las montañas se forman por la colisión de placas tectónicas. Cuando dos placas tectónicas chocan, una placa generalmente queda presionada debajo de la otra y el levantamiento resultante puede crear montañas. Este proceso se conoce como orogénesis y es responsable de la formación de algunas de las cadenas montañosas más grandes del mundo, como el Himalaya y los Andes.
Otra teoría es que las montañas pueden formarse por actividad volcánica. Cuando el magma de las profundidades de la Tierra sube a la superficie y entra en erupción, puede acumularse con el tiempo para formar volcanes. Si el volcán es lo suficientemente grande, eventualmente puede convertirse en una montaña. Algunos ejemplos de montañas que se formaron por actividad volcánica incluyen el Monte Fuji en Japón y el Monte Kilimanjaro en Tanzania.
Por último, las montañas también pueden formarse por erosión. Con el tiempo, las fuerzas del viento, el agua y el hielo pueden desgastar la superficie de la Tierra, creando valles y cañones. En algunos casos, estos valles y cañones pueden volverse tan profundos que eventualmente se convierten en montañas. Un ejemplo de montaña que se formó por erosión es el Gran Cañón en Estados Unidos.
En conclusión, no hay una respuesta definitiva a la pregunta de cuándo se creó La Montaña. Sin embargo, las tres teorías analizadas anteriormente proporcionan una posible explicación de cómo se forman las montañas.