En 1903, se estableció la primera oficina de huellas dactilares de Estados Unidos en la prisión federal de Leavenworth. La oficina comenzó a recopilar y clasificar huellas dactilares de delincuentes convictos y pronto se convirtió en un recurso para las agencias encargadas de hacer cumplir la ley en todo el país. En 1914, todas las prisiones federales utilizaban huellas dactilares para la identificación, y muchas agencias policiales estatales y locales también habían adoptado la práctica.
El uso de las huellas dactilares en Estados Unidos se amplió enormemente en 1924, cuando la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) estableció su división de huellas dactilares. La división de huellas dactilares del FBI se convirtió rápidamente en el depósito de huellas dactilares más grande y completo del mundo, y desde entonces ha desempeñado un papel vital en la resolución de delitos y la identificación de delincuentes.
Hoy en día, las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley en todo Estados Unidos utilizan las huellas dactilares para diversos fines, entre ellos:
* Identificación de sospechosos y víctimas.
* Seguimiento de fugitivos
* Vincular crímenes a sospechosos
*Exonerar a personas inocentes
Las huellas dactilares son una herramienta poderosa para hacer cumplir la ley y han desempeñado un papel vital para hacer que nuestras comunidades sean más seguras.