Asedio de Atlanta:
Las fuerzas de la Unión bajo el mando del general William T. Sherman comenzaron un asedio de Atlanta en julio de 1864, después de derrotar a las fuerzas confederadas en la Batalla de Peachtree Creek y la Batalla de Atlanta. Sherman construyó fortificaciones y trincheras alrededor de la ciudad, cortando suministros y líneas de comunicación.
Batalla de Jonesborough:
El 31 de agosto de 1864, las fuerzas confederadas al mando del general John B. Hood lanzaron un contraataque contra las fuerzas de Sherman cerca de Jonesborough, Georgia. El ejército de la Unión rechazó con éxito el asalto confederado y aseguró su control sobre Atlanta.
Evacuación de Atlanta:
Tras la derrota en Jonesborough, el general confederado John Bell Hood ordenó la evacuación de Atlanta. El 1 de septiembre de 1864, el ejército de Hood prendió fuego a instalaciones militares, almacenes y fábricas de la ciudad, destruyendo gran parte de Atlanta.
Captura de Atlanta:
Las fuerzas de la Unión entraron en Atlanta el 2 de septiembre de 1864 e izaron la bandera de los Estados Unidos sobre el capitolio del estado de Georgia. La caída de Atlanta fue una victoria significativa para la Unión, dividió a la Confederación en dos y elevó la moral de la Unión.
La marcha de Sherman hacia el mar:
Tras la captura de Atlanta, Sherman inició su famosa "Marcha hacia el mar". Dirigió a su ejército en una campaña de tierra arrasada a través de Georgia, destruyendo infraestructura, plantaciones y ferrocarriles, con el objetivo de perturbar la logística confederada y quebrar su voluntad de resistir.
Estos acontecimientos marcaron un punto de inflexión en la Guerra Civil estadounidense, ya que la Unión ganó terreno y moral importantes, lo que condujo a la eventual derrota de la Confederación y al fin de la guerra en abril de 1865.