Al comienzo de la guerra, algunos soldados de la Unión de estados fronterizos, como Kentucky y Maryland, se mostraron neutrales o incluso simpatizaban con la institución de la esclavitud. Sin embargo, a medida que avanzaba la guerra y aumentaban las victorias de la Unión, la influencia de las ideas abolicionistas se extendió por todo el ejército y más soldados llegaron a ver la lucha contra la esclavitud como un objetivo central de la guerra.
La Proclamación de Emancipación, emitida por el presidente Abraham Lincoln en enero de 1863, fue un punto de inflexión en la forma en que los soldados de la Unión veían la esclavitud. Declaró que todas las personas esclavizadas en territorio controlado por los confederados eran libres y proporcionó una justificación moral y legal para luchar para poner fin a la esclavitud. Muchos soldados de la Unión se sintieron inspirados por la proclamación y la vieron como una señal del compromiso de la Unión con la justicia y la igualdad.
A medida que avanzaba la guerra, los soldados de la Unión a menudo se encontraban con personas esclavizadas que habían escapado del territorio confederado o que habían sido liberadas por las tropas de la Unión. Estos encuentros humanizaron el tema de la esclavitud y ayudaron a motivar a los soldados a luchar por la libertad de todos los esclavos.
En general, la visión de la esclavitud entre los soldados de la Unión evolucionó desde una postura relativamente neutral o dividida al comienzo de la guerra a un fuerte sentimiento contra la esclavitud al final de la guerra. La experiencia de luchar por la Unión y la exposición a las realidades de la esclavitud transformaron las perspectivas de muchos soldados y ayudaron a dar forma a la eventual abolición de la esclavitud en los Estados Unidos.