En segundo lugar, la abolición de la esclavitud provocó el surgimiento de nuevos movimientos sociales y políticos. En algunos casos, estos movimientos fueron liderados por ex esclavos que buscaban mejorar sus propias vidas y las de sus comunidades. En otros casos, estaban dirigidos por abolicionistas blancos comprometidos con la lucha por la justicia social. Estos movimientos desempeñaron un papel crucial en la configuración del desarrollo de la sociedad moderna.
En tercer lugar, la abolición de la esclavitud tuvo un profundo impacto en la economía global. La pérdida de una mano de obra numerosa y barata provocó el declive de algunas industrias, mientras que otras se vieron obligadas a adaptarse a las nuevas realidades del trabajo libre. La abolición de la esclavitud también condujo al surgimiento de nuevas formas de imperialismo, a medida que las potencias europeas buscaban controlar los recursos naturales y la fuerza laboral de África y Asia.
Finalmente, la abolición de la esclavitud dejó un legado duradero en forma de discriminación racial y desigualdad. A pesar de la abolición formal de la esclavitud, los negros siguieron enfrentándose a la discriminación y la violencia en muchas sociedades. Las cicatrices de la esclavitud todavía son visibles hoy y la lucha por la justicia racial continúa.