La victoria de Lincoln en las elecciones fue un punto de inflexión en la historia de Estados Unidos, ya que representó la oposición del Partido Republicano a la expansión de la esclavitud a nuevos territorios. La plataforma republicana pedía la restricción de la esclavitud a los estados donde ya existía y la admisión de Kansas como estado libre. La elección de Lincoln encontró una fuerte resistencia por parte de los estados del sur, que vieron su victoria como una amenaza a su forma de vida y a la institución de la esclavitud.
Tras la victoria de Lincoln, siete estados del sur se separaron de la Unión y formaron los Estados Confederados de América, que se basaron en el principio de la esclavitud. La secesión de estos estados y el posterior ataque a Fort Sumter por parte de las fuerzas confederadas marcaron el comienzo de la Guerra Civil estadounidense. La guerra se libró por varias cuestiones, incluida la preservación de la Unión, los derechos de los estados y, lo más importante, la abolición de la esclavitud.
En conclusión, la cuestión de la esclavitud fue el factor central y definitorio en las elecciones de 1860, que llevaron a la elección de Abraham Lincoln, la secesión de los estados del sur y, en última instancia, al estallido de la Guerra Civil estadounidense.