Los inmigrantes chinos constituían la mayoría de la fuerza laboral que construyó el ferrocarril transcontinental en Estados Unidos. Fueron reclutados por su reputación de trabajo duro y bajos salarios. También estaban dispuestos a trabajar en condiciones peligrosas, como volar montañas y tender vías en terrenos traicioneros. Se estima que 15.000 trabajadores chinos murieron durante la construcción del ferrocarril transcontinental.