Acabar con la esclavitud: Si bien no fue el objetivo principal inicial, la abolición de la esclavitud se convirtió en un factor cada vez más importante en los esfuerzos bélicos de la Unión. A medida que avanzaba el conflicto, el presidente Abraham Lincoln emitió la Proclamación de Emancipación en 1863, declarando la libertad de las personas esclavizadas en territorio confederado, vinculando así la guerra con el imperativo moral de poner fin a la esclavitud.
Intereses Económicos: La economía del Norte era altamente industrial y dependía de la mano de obra libre, mientras que la economía del Sur era en gran medida agrícola y dependía en gran medida del trabajo esclavo. Muchos norteños vieron la preservación de la Unión y el fin de la esclavitud como esenciales para proteger los intereses económicos del Norte y prevenir la competencia de los propietarios de plantaciones del Sur.
Derechos constitucionales y supremacía federal: La Unión luchó para proteger los derechos constitucionales de los ciudadanos y defender la supremacía del gobierno federal. Creían que los estados no tenían derecho a separarse y argumentaban que la Constitución prohibía el establecimiento de una nación separada.
Mantener la identidad nacional: La Unión buscó mantener la identidad nacional y el sentido de unidad entre el pueblo estadounidense. Querían evitar la división del país y la creación de dos entidades políticas distintas.
Protección de los territorios occidentales: La Unión estaba preocupada por la expansión de la esclavitud en los territorios occidentales y el impacto potencial que podría tener en el equilibrio político en el Senado y la admisión de nuevos estados. Querían asegurar el libre asentamiento y el desarrollo de las tierras occidentales.