1. Recortes de impuestos: En 1981, el presidente Ronald Reagan promulgó la Ley del Impuesto para la Recuperación Económica (ERTA), que introdujo importantes recortes de impuestos para individuos y empresas. El objetivo era estimular el crecimiento económico aumentando la inversión y el gasto de los consumidores. Si bien los recortes de impuestos tuvieron algunos efectos positivos sobre el crecimiento económico, también redujeron significativamente los ingresos fiscales del gobierno.
2. Aumento del gasto militar: Durante la década de 1980, Estados Unidos intensificó sus actividades políticas y militares a nivel global, particularmente en el contexto de la Guerra Fría y la carrera armamentista con la Unión Soviética. Se realizaron importantes inversiones en investigación militar, sistemas de armas y tropas, lo que provocó un aumento espectacular de los gastos militares.
3. Recesión: Estados Unidos experimentó una recesión a principios de la década de 1980, caracterizada por una desaceleración económica, altas tasas de desempleo y una disminución de la actividad económica. A medida que los ingresos del gobierno disminuyeron debido a la reducción de la actividad económica, aumentó la necesidad de gasto público (como las prestaciones por desempleo), lo que ejerció aún más presión sobre el presupuesto.
La combinación de estos factores (reducción de los ingresos tributarios debido a recortes de impuestos y un aumento en el gasto militar coincidiendo con una recesión) resultó en el mayor déficit presupuestario en la historia de Estados Unidos en ese momento. El déficit presupuestario federal alcanzó un récord de 221 mil millones de dólares en el año fiscal 1986.