Los primeros esclavos africanos llegaron a Nueva Inglaterra a principios del siglo XVII. Estos esclavos eran utilizados principalmente como sirvientes domésticos o trabajadores agrícolas. Sin embargo, a medida que crecía la economía de Nueva Inglaterra, también crecía la demanda de mano de obra esclava. A mediados del siglo XVIII, había más de 5.000 esclavos en Nueva Inglaterra.
La mayoría de los esclavos en Nueva Inglaterra eran de ascendencia africana, pero también había algunos esclavos nativos americanos. Los esclavos nativos americanos a menudo fueron capturados durante las guerras entre los colonos ingleses y las tribus nativas americanas.
La esclavitud finalmente fue abolida en todas las colonias de Nueva Inglaterra a principios del siglo XIX. Sin embargo, el legado de la esclavitud continúa impactando a la región en la actualidad.