La expansión hacia el Oeste fue un factor clave en el desarrollo de Estados Unidos. Le dio al país acceso a grandes cantidades de recursos naturales, como tierra, madera y minerales, que ayudaron a impulsar la economía del país. También permitió a Estados Unidos expandir su territorio y convertirse en una potencia continental.
Si no se hubiera producido la expansión hacia el oeste, Estados Unidos probablemente sería hoy un país mucho más pequeño. No habría tenido acceso a los mismos recursos ni a la misma cantidad de territorio. Como resultado, no habría podido convertirse en la superpotencia económica y militar que es hoy.