Los cazadores-recolectores vagaban por el valle, vivían en cuevas y refugios rocosos y comían animales y plantas salvajes. También comenzaron a domesticar animales como ovejas, cabras y ganado vacuno.
En la Edad del Bronce (2500-800 a.C.)
Se establecieron los primeros asentamientos permanentes, con personas que vivían en casas redondas hechas de madera y techo de paja. También comenzaron a producir herramientas y armas de bronce.
En la Edad del Hierro (800 a.C.-43 d.C.)
La Edad del Hierro vio un aumento significativo en la población del Valle del Ámbar, y la gente vivió en asentamientos más grandes y complejos. Se construyeron estructuras defensivas como castros y recintos. También comenzaron a producir herramientas, armas y adornos de hierro.
En la época romana (43-410 d.C.)
Los romanos ocuparon el Valle del Ámbar y trajeron consigo su cultura y tecnología. Se construyeron villas, se construyeron carreteras y se introdujo la economía que funciona con monedas. También comenzaron a extraer plomo y plata de las minas locales.
En el período anglosajón (410-1066 d.C.)
Después de la partida de los romanos, el valle del Ámbar fue colonizado por tribus anglosajonas, que trajeron consigo su lengua y cultura. También comenzaron a construir iglesias, pueblos y granjas.
En la Época Medieval (1066-1500 d.C.)
Durante la época medieval, el Valle del Ámbar formaba parte de la mansión de Alfreton, propiedad de la familia de Ferrers. Se construyeron monasterios y prioratos y comenzaron a desarrollarse las ciudades de Alfreton y Belper.
En el período posmedieval (1500-1900 d.C.)
El período posmedieval vio un cambio significativo en la economía del Valle del Ámbar, cuando la minería de plomo se convirtió en la industria dominante. La población del valle aumentó rápidamente y se establecieron nuevas ciudades como Matlock y Cromford.
En el período moderno (1900-presente)
El declive de la minería del plomo a principios del siglo XX provocó un período de declive económico en el Valle del Ámbar. La zona fue intensamente bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial y muchas de las industrias tradicionales nunca se recuperaron. Sin embargo, desde entonces el valle ha experimentado una importante regeneración y ahora es un destino turístico popular.