Siglo XV: Los árabes introdujeron los cohetes en Europa. Los ingenieros europeos rápidamente adoptaron y mejoraron el diseño chino, desarrollando cohetes para uso militar y civil.
Siglo XVII: Los cohetes se utilizaron ampliamente en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Durante este tiempo, los ingenieros militares comenzaron a experimentar con cohetes de múltiples etapas y bombas propulsadas por cohetes.
Siglo XVIII: Los cohetes siguieron utilizándose con fines militares durante todo el siglo XVIII. Además, los cohetes también se utilizaron para aplicaciones civiles, como fuegos artificiales y reparto de correo.
Siglo XIX: El siglo XIX vio un aumento significativo en la tecnología de cohetes. En 1812, el inventor británico William Hale desarrolló un cohete de combustible sólido que podía utilizarse con fines militares. En 1844, el inventor estadounidense Robert Goddard desarrolló el primer cohete de combustible líquido. Los cohetes de combustible líquido eran mucho más potentes que los de combustible sólido y abrieron nuevas posibilidades para la cohetería.
Siglo XX: El siglo XX vio el desarrollo y uso de cohetes para diversos fines, incluida la exploración espacial, aplicaciones militares y comunicaciones por satélite. En 1957, la Unión Soviética lanzó el Sputnik, el primer satélite artificial en orbitar la Tierra. En 1961, Estados Unidos lanzó a Alan Shepard, el primer astronauta estadounidense al espacio. En 1969, Estados Unidos llevó con éxito un hombre a la Luna. Hoy en día, los cohetes se utilizan para diversos fines, incluida la exploración espacial, aplicaciones militares, comunicaciones por satélite y observación de la Tierra.
Siglo XXI: El siglo XXI ha sido testigo del desarrollo y uso continuo de cohetes. En 2010, el SpaceX Falcon 9 se convirtió en el primer cohete desarrollado de forma privada en alcanzar la órbita. En 2015, el Blue Origin New Shepard se convirtió en el primer cohete suborbital reutilizable en llegar al espacio. En 2018, el SpaceX Falcon Heavy se convirtió en el cohete operativo más potente del mundo.
Hoy en día, los cohetes son una parte integral de nuestro mundo y se utilizan para una amplia variedad de propósitos, incluida la exploración espacial, aplicaciones militares, comunicaciones por satélite y observación de la Tierra.