Sentimiento germano-estadounidense :Un gran número de inmigrantes alemanes y sus descendientes vivieron en Estados Unidos, formando un grupo étnico importante. Mantuvieron fuertes vínculos con su herencia alemana y, a menudo, favorecían a Alemania por lealtad y sentimientos étnicos.
Vínculos económicos: Estados Unidos tenía lucrativas relaciones comerciales con Alemania y Austria-Hungría antes y durante los primeros años de la guerra. Estas conexiones económicas llevaron a algunas empresas e individuos estadounidenses a desear una victoria alemana para preservar estas oportunidades comerciales.
Aislacionismo: Algunos estadounidenses abogaron por una postura aislacionista, creyendo que Estados Unidos no debería intervenir en los conflictos europeos. Sostenían la opinión de que Estados Unidos debería centrarse en sus asuntos internos y evitar enredos en el extranjero. Esta perspectiva los hizo simpatizar con la causa de Alemania, ya que percibían que Alemania se defendía de las amenazas de los aliados.
Pacifismo :Un movimiento pacifista también influyó en el apoyo de algunos estadounidenses a las potencias centrales. Los pacifistas se opusieron a la guerra por motivos morales y argumentaron que Estados Unidos debería permanecer neutral y no tomar partido en el conflicto.
Sentimientos antibritánicos: Algunos estadounidenses tenían sentimientos negativos hacia Gran Bretaña debido a disputas históricas, como las derivadas de la Revolución Americana. Estos sentimientos antibritánicos los llevaron a veces a ver a las potencias centrales más favorablemente como una forma de contrarrestar la influencia británica en los asuntos mundiales.
Propaganda: Las potencias centrales realizaron amplios esfuerzos de propaganda en los Estados Unidos para influir en la opinión pública y obtener apoyo. Esta propaganda a menudo retrataba a los Aliados como demasiado agresivos o hambrientos de poder, mientras presentaba a las Potencias Centrales bajo una luz más favorable.
Apoyo irlandés-estadounidense: Muchos irlandeses-estadounidenses tenían opiniones negativas hacia Gran Bretaña debido a los conflictos históricos y al dominio británico en Irlanda. Algunos de ellos vieron a Alemania como un posible aliado para debilitar el poder británico y potencialmente apoyar la independencia irlandesa.