La ciudad también era un centro de cultura y aprendizaje, y albergaba varias escuelas, bibliotecas y otras instituciones. El propio Franklin fue un importante contribuyente a la vida cultural de la ciudad y ayudó a fundar la Philadelphia Library Company y la Universidad de Pensilvania.
Filadelfia era una ciudad próspera y en crecimiento cuando llegó Franklin, y era un lugar donde podía hacerse un nombre. Rápidamente se involucró en la vida política y social de la ciudad y se convirtió en una de las figuras más importantes de la historia de Estados Unidos.