1. Mayor fuerza aliada: La entrada de Estados Unidos en la guerra supuso un impulso sustancial para las fuerzas aliadas. Estados Unidos proporcionó tropas frescas, recursos financieros y suministros militares, reforzando la causa aliada contra las potencias centrales.
2. Llegada de las Fuerzas Expedicionarias Americanas: Estados Unidos envió una gran fuerza expedicionaria a Europa, conocida como Fuerzas Expedicionarias Estadounidenses (AEF), bajo el mando del general John J. Pershing. La AEF jugó un papel fundamental en varias campañas militares durante la guerra.
3. Movilización del esfuerzo de guerra: El gobierno de Estados Unidos movilizó sus recursos y su economía para apoyar el esfuerzo bélico. Las industrias pasaron a producir materiales relacionados con la guerra y se tomaron medidas para conservar alimentos y otros recursos.
4. Convoyes y apoyo naval: La Armada de los Estados Unidos brindó un apoyo naval crucial, ayudando a asegurar rutas marítimas vitales en el Atlántico y protegiendo a los buques mercantes aliados de los ataques de submarinos alemanes.
5. Ofensiva Mosa-Argonne: La contribución más significativa de la AEF fue la ofensiva Mosa-Argonne en septiembre-noviembre de 1918. Esta operación a gran escala, en la que participaron más de un millón de tropas estadounidenses, jugó un papel decisivo en romper las líneas alemanas y acelerar el fin de la guerra.
6. Armisticio y fin de la guerra: Las exitosas ofensivas aliadas, incluidas aquellas en las que participaron fuerzas estadounidenses, llevaron a la firma de un armisticio el 11 de noviembre de 1918, que marcó el final de la Primera Guerra Mundial.
La implicación de Estados Unidos tuvo un impacto significativo en el resultado de la guerra, contribuyendo a la victoria aliada y acelerando el fin del conflicto.