La definición de refugiado se establece en la Convención sobre Refugiados de 1951, que es el tratado internacional clave que rige la protección de los refugiados. La Convención define a un refugiado como una persona que:
- Tiene fundados temores de ser perseguido por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un determinado grupo social.
- Se encuentra fuera de su país de origen y no puede o no quiere acogerse a la protección de su país de origen.
Para ser considerado un refugiado legal, una persona debe cumplir con la definición de refugiado establecida en la Convención sobre Refugiados. También deben haberles concedido el estatus de refugiado por un país que sea parte de la Convención o por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Una vez que a una persona se le ha otorgado el estatus de refugiado, tiene ciertos derechos y protecciones según el derecho internacional. Estos incluyen el derecho a:
- Solicitar asilo en otro país.
- No ser devueltos a su país de origen si enfrentan persecución.
- Vivir y trabajar en el país que les ha concedido asilo.
- Tener acceso a educación, atención médica y otros servicios sociales.
- Solicitar la ciudadanía en el país que les ha concedido asilo.
El estatus de refugiado legal es una protección importante para las personas que se han visto obligadas a huir de su país de origen debido a la persecución. Les permite reconstruir sus vidas con seguridad y dignidad.