2. Llamados a defender la democracia y la libertad: Los gobiernos de Australia y Nueva Zelanda hicieron un llamamiento a los ciudadanos para que se alistaran y defendieran los ideales democráticos y protegieran las libertades que disfrutan sus naciones. La campaña se enmarcó como una lucha por la libertad contra las fuerzas opresivas del Imperio Otomano.
3. Aventura y camaradería: Para muchos jóvenes, la perspectiva de aventura, camaradería y la oportunidad de demostrar su valía en el campo de batalla fue un factor motivador. Fue un período en el que el servicio militar a menudo se consideraba un rito de iniciación y un motivo de orgullo.
4. Creencia en la necesidad de la guerra: Muchos australianos y neozelandeses creían genuinamente que la guerra era necesaria para mantener la estabilidad regional y global, así como para defender el derecho internacional y evitar la expansión del poder otomano.
5. Incentivos económicos: Algunas personas se sintieron atraídas por la promesa de recompensas y beneficios económicos. Los gobiernos proporcionaron incentivos financieros y bonificaciones para el alistamiento, y la campaña de Gallipoli ofreció pensiones militares y oportunidades potenciales de empleo después de la guerra.
Es importante señalar que la decisión de ofrecerse como voluntario fue personal de cada individuo y probablemente hubo una combinación de factores que contribuyeron a los altos niveles de alistamiento en Australia y Nueva Zelanda para la campaña de Gallipoli.