El ascenso del nacionalismo: Después de la Primera Guerra Mundial se produjo un aumento del nacionalismo y el militarismo en Europa, particularmente en Alemania. Esto fue alimentado por la percepción de injusticia y el deseo de recuperar el orgullo nacional.
La Gran Depresión (1929-1939) :La crisis económica mundial que comenzó en Estados Unidos en 1929 tuvo efectos devastadores en Europa, incluida Alemania. La crisis económica provocó un alto desempleo, inestabilidad política y el surgimiento de movimientos extremistas.
El fracaso de la Sociedad de Naciones: La Liga de Naciones fue una organización internacional establecida después de la Primera Guerra Mundial para promover la paz y prevenir conflictos futuros. Sin embargo, no pudo abordar eficazmente los desafíos del período de entreguerras, incluido el ascenso del fascismo y las disputas territoriales entre las naciones europeas.
El ascenso del fascismo y el nazismo: El período de entreguerras vio el surgimiento de regímenes autoritarios, como el fascismo en Italia bajo Benito Mussolini y el nazismo en Alemania bajo Adolf Hitler. Estos regímenes se caracterizaron por un nacionalismo extremo, un militarismo y un desprecio por los derechos humanos.
El rearme alemán: En violación del Tratado de Versalles, Alemania comenzó a rearmar su ejército en la década de 1930. Esto incluyó la expansión del ejército alemán, la fuerza aérea (Luftwaffe) y la marina (Kriegsmarine).
El Acuerdo de Munich (1938) :En septiembre de 1938, Alemania, Italia, Gran Bretaña y Francia firmaron el Acuerdo de Munich, que permitió a Alemania anexarse la región de los Sudetes de Checoslovaquia. Esto fue visto como un importante apaciguamiento de Hitler y envalentonó aún más sus ambiciones expansionistas.
La invasión de Polonia (1939) :El 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia, lo que marcó el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. La invasión fue un resultado directo de la agresiva política exterior de Hitler y su deseo de expandir el territorio alemán.