Aquí hay algunos factores que contribuyeron a la formación de la identidad Metis:
El comercio de pieles: El comercio de pieles reunió a diversos grupos de personas, incluidos comerciantes europeos, comunidades de las Primeras Naciones e individuos métis, que a menudo actuaban como intermediarios y desempeñaban papeles cruciales en el intercambio de bienes, culturas y conocimientos.
Matrimonio mixto e intercambio cultural: A medida que los comerciantes europeos se establecieron en la región y establecieron relaciones a largo plazo con mujeres de las Primeras Naciones, los matrimonios mixtos se volvieron comunes. Esto llevó al surgimiento de un nuevo grupo cultural con herencia mixta europea e indígena, que compartía ambas tradiciones ancestrales.
Autoidentificación métis: El pueblo métis desarrolló una identidad distintiva basada en sus experiencias, lenguaje y prácticas culturales compartidas. Se referían a sí mismos como "mestizos", "mestizos" o "nacidos en el campo", afirmando su identidad única y desafiando la categorización impuesta por las sociedades coloniales.
Organización política y resistencia: Los métis se organizaron en comunidades y desarrollaron estructuras de liderazgo político. En respuesta a las políticas coloniales que buscaban asimilarlos o marginarlos, los métis hicieron valer sus derechos y participaron en movimientos de resistencia, como la Rebelión del Río Rojo y la Rebelión del Noroeste.
Si bien la globalización sin duda ha influido en la identidad métis en los últimos tiempos, sus orígenes se encuentran en los procesos e interacciones históricos que ocurrieron mucho antes del advenimiento de la interconexión global. La formación de la identidad métis es producto de complejas dinámicas históricas, sociales y culturales que preceden a la era moderna de la globalización.