El resultado de la unificación puede variar según las circunstancias específicas y las intenciones de los gobernantes involucrados. Algunos resultados posibles incluyen:
- Un gobierno centralizado con un gobernante fuerte, donde el poder se concentra en el centro y la autonomía local es limitada. Esto puede conducir a una mayor eficiencia y coordinación, pero también puede resultar en una pérdida de la toma de decisiones local y de la diversidad cultural.
- Un gobierno descentralizado con importante autonomía para diferentes regiones o estados. Esto permite un mayor control y diversidad local, pero puede dificultar el logro de la cohesión y coordinación nacional.
- Un sistema federal, que combina elementos de centralización y descentralización. Esto implica una división de poderes entre el gobierno central y los gobiernos regionales, proporcionando cierto grado de autonomía local y al mismo tiempo permitiendo la unidad nacional.
- Un imperio, que es una gran entidad política que incluye una variedad de diferentes pueblos, culturas y territorios bajo el control de un solo gobernante o élite gobernante. Los imperios pueden estar altamente centralizados o descentralizados, y su estabilidad y longevidad pueden variar mucho dependiendo de varios factores.