1. Disrupciones económicas :Las secuelas de la guerra dejaron las economías en desorden. Muchas industrias quedaron devastadas, lo que provocó altas tasas de desempleo. Los gobiernos se centraron en reconstruir y estabilizar las economías, limitando su capacidad para abordar las demandas de los trabajadores.
2. Políticas gubernamentales :Muchos gobiernos aprobaron políticas conservadoras que favorecían a las empresas sobre los trabajadores. Esto resultó en la supresión de los sindicatos y de los derechos laborales, lo que dificultó que los trabajadores se organizaran y negociaran mejores salarios y condiciones laborales.
3. Tácticas de divide y vencerás :Los empleadores a menudo utilizaron diversas estrategias para dividir a los trabajadores e impedirles formar sindicatos fuertes. Esto podría incluir la contratación de trabajadores de diferentes grupos étnicos o regiones para crear tensión entre los trabajadores.
4. Sentimiento antisindical :El sentimiento público en algunas sociedades se volvió contra los sindicatos, considerándolos perturbadores y responsables de los problemas económicos. Esto llevó a restricciones legales y presión social sobre los sindicatos.
5. Represalias del empleador :Los empleadores podrían tomar represalias contra los trabajadores que participaron en actividades sindicales, incluida la terminación del empleo, reducciones salariales u otras formas de maltrato.
6. Represión política :En algunos casos, los gobiernos recurrieron a la represión política para silenciar los movimientos laborales. Los líderes podrían arrestar a líderes sindicales, prohibir organizaciones laborales o desplegar fuerza contra las manifestaciones de trabajadores.
Estos factores se combinaron para obstaculizar la capacidad de los trabajadores para cambiar sus circunstancias y mejorar sus condiciones laborales en el período posterior a la Primera Guerra Mundial.