La economía de Japón ha estado estancada durante varias décadas, con una tasa de crecimiento del PIB inferior al 1% anual. Esto se debe a una serie de factores, incluido el envejecimiento de la población, una tasa de natalidad en descenso y la falta de innovación.
Deflación
La deflación es una disminución continua del nivel general de precios de bienes y servicios. Esto puede generar una serie de problemas, incluida una reducción del gasto de los consumidores, un aumento de la deuda y una disminución de la inversión.
Deuda pública
Japón tiene una gran deuda pública, que actualmente representa más del 200% de su PIB. Esto hace que el país sea vulnerable a las crisis financieras y dificulta la obtención de préstamos para inversiones.
Déficits comerciales
Japón ha tenido déficits comerciales durante muchos años, lo que significa que importa más bienes y servicios de los que exporta. Esto puede provocar una disminución del valor del yen y dificultar que las empresas japonesas compitan en el mercado global.
Disminución de la población
La población de Japón está disminuyendo y se espera que continúe en el futuro. Esto puede generar una serie de problemas, incluida la escasez de trabajadores, una disminución del gasto de los consumidores y una reducción de los ingresos fiscales.