Hace más de tres décadas, existía en Magdalena del Mar un colegio privado, administrado por la también fallecida Federación de Empleados Bancarios (FEB) que respondía al nombre de Alejandro Octavio Deustua . Pocos sabían entonces -como pocos saben ahora- que este nombre estaba íntimamente ligado al desarrollo de las ideas educativas en nuestro país, como representante de una de las corrientes filosóficas más influyentes en el pensamiento de finales del siglo XIX. Sus ideas, consideradas aristocráticas, tenían como trasfondo buscar crear bases de líderes entre los más preparados, algo que el Perú nunca ha logrado lograr, como vemos cada año o en cada proceso electoral. Conozcamos un poco más sobre Alejandro Octavio Deustua en esta nueva entrega de nuestra serie biográfica “¿Y quién fue?”
La influencia de Alejandro Octavio Deustua en el pensamiento, y por ende en las estructuras de la sociedad peruana de finales del siglo XIX y principios del XX, es de una magnitud notable, que repercute hasta nuestros días.
Para comprender a Deustua es necesario ahondar en las raíces de la corriente filosófica conocida como espiritismo, originada por el filósofo alemán Rudolf Christoph Eucken y el francés Henri Bergson. Esta forma de reflexión defendía la libertad creativa del alma humana contra el corsé o camisa de fuerza que quería imponerle el positivismo con sus métodos científicos, la otra escuela de pensamiento predominante en el Perú y el mundo a principios del siglo XX. /Q>
Hijo del señor Remigio Deustua, escribano público, y de la señora Toribia Escarza, Alejandro Octavio Deustua vio la luz el 22 de marzo de 1849, en Huancayo, Junín. Desde temprana edad dio muestras de sus cualidades para interpretar formas de pensamiento muy complejas, alcanzando la licenciatura en Filosofía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos con tan solo veinte años. Tres años después, es decir en 1872, obtuvo el título de Doctor en la misma especialidad, evidenciando así su vocación por el estudio de la disciplina surgida en Grecia.
Este estudioso peruano concebía la filosofía como el paradigma creativo de una sociedad, cuyo principal motor de bienestar y desarrollo era un sector educativo fuerte, dinámico y siempre a la vanguardia. La creación de un núcleo de pensadores formados en Universidades Nacionales y luego llamados a dirigir el país fue su principal, como se puede comprobar en muchas de sus obras.
Ocupó varios cargos académicos, siempre manifestando su interés en lanzar una reforma del sistema educativo peruano y así lograr una estructura robusta de intelectuales que fuera el motor del progreso nacional. Obtiene su primer puesto como Profesor Asociado de Literatura General y Estética en la Dean University of America, cargo que ocupó entre 1882 y 1884. En 1884 obtiene finalmente la cátedra principal de las citadas materias de Humanidades.
En 1895, el Gobierno del Perú advirtió el gran potencial del todavía joven pensador y lo nombró Director de Justicia, Culto, Instrucción y Caridad, así como Secretario de Primera en el representaciones del Perú en Argentina y Brasil.
es enviado a Europa, por primera vez, en 1895, por encargo del gobierno de Nicolás de Piérola investigar los métodos de enseñanza escolar y analizar su posible adaptación a la realidad peruana. En 1901 es elegido Senador por Lima en las filas del partido civilista, partido que propugnaba las ideas que fueron el centro del pensamiento de Deustua, es decir, la administración del territorio peruano por las clases mejor preparadas.
En 1915 fue ascendido a Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de su Alma Mater y finalmente fue nombrado Rector de la misma, en 1928. Entre sus obras más importantes cabe destacar mencionado:Las ideas de orden y libertad en la historia del pensamiento humano (1922), Estética general (1923), Cultura nacional (1937), El problema de la educación, Informe sobre la docencia, El problema universitario y la cultura política (1936). Sus debates sobre la realidad educativa del Perú con Manuel Vicente Villarán son bien conocidos. , de la otra orilla del pensamiento intelectual, más asociado a sectores populares que a la posición aristocrática de Deustua.
El pensamiento de este intelectual peruano es de una dimensión invaluable porque su aporte para encontrar una solución al problema del sector educativo en nuestro país sigue siendo trascendental, aún 69 años después de su muerte.
Alejandro Octavio Deustua murió en Lima, en 1945, a la edad de 96 años.