La guerra de los harapos o Revolución de Farroupilha fue la rebelión más larga del período de regencia en Brasil.
Tuvo lugar en Rio Grande do Sul y duró diez años, de 1835 a 1845, período que comprende la regencia de Feijó y el Segundo Reinado. El término "harapos" se refería a la ropa andrajosa que vestía el ejército rebelde.
La revuelta fue movilizada por los grandes terratenientes de Rio Grande do Sul, descontentos con los altos impuestos que el gobierno imperial aplicaba a sus productos. Por tanto, se dieron cuenta de que la separación y la república sería una forma de obtener libertad comercial y política.
Los negros esclavizados también fueron reclutados para luchar, bajo la promesa de libertad, en caso de victoria en la guerra contra el imperio.
La Revolución Farroupilha termina con el Tratado de Poncho Verde, el 1 de marzo de 1845.
Causas de la Guerra de los Trapos
La Guerra de los Farrapos fue promovida por la clase dominante gaucha. Integrado por ganaderos propietarios de grandes propiedades rurales, ganado y negros esclavizados. Indignados por los altos impuestos a la tierra, además de los altos impuestos a las exportaciones de cecina, cuero y sebo.
Los propietarios de estancias protestaron porque la cecina de Rio Grande do Sul tenía que pagar un impuesto del 25%, mientras que la carne uruguaya sólo pagaba el 4% para ser vendida en Río de Janeiro.
También había resentimiento contra el gobierno imperial, que siempre reclutaba hombres y caballos para luchar en los territorios fronterizos, pero hacía poco por beneficiar a la sociedad local.
La revolución fue favorecida por el carácter militarizado de la sociedad de Rio Grande do Sul, organizada en medio de luchas como la disputa por Colonia do Sacramento, en el siglo XVIII.
Además, las ideas republicanas y federativas encontraron receptividad entre los riograndenses, alentadas por las vecinas repúblicas platinas.
Para agravar la situación, en 1835, el regente Feijó nombró presidente de la provincia al moderado Antônio Rodrigues Fernandes Braga, lo que no fue aceptado por los gauchos. En la Asamblea Provincial, la oposición al presidente Fernandes Braga se hizo cada vez más viva.
Los conflictos de Farroupilhas
El 20 de septiembre de 1835 se instauró una revuelta armada, con poco más de 200 caballeros, en las afueras de la capital, Porto Alegre. Una pequeña fuerza armada enviada para dispersar a los rebeldes fue rechazada y obligada a regresar.
Fernandes Braga huyó al pueblo de Río Grande, instalando allí su gobierno. Al día siguiente, el comandante de la Guardia Nacional local, Bento Gonçalves, uno de los líderes del movimiento, entró en Porto Alegre y, con el apoyo de la Asamblea Provincial, en 1836, proclamó la República de Piratini.
Ante esta situación, el regente Feijó nombró un nuevo presidente para la provincia, José de Araújo Ribeiro, futuro vizconde de Río Grande. La guerra continuó y los leales lograron arrestar a varios líderes rebeldes, entre ellos Bento Gonçalves, que fue enviado a Forte do Mar (BA), de donde huyó nadando.
En septiembre de 1837, Bento Gonçalves regresó al Sur y fue elegido presidente de la República de Piratini. La lucha de los rebeldes fue cada vez más popular y con el apoyo del revolucionario italiano Giuseppe Garibaldi el movimiento se extendió.
Mientras tanto, debido a disputas políticas, Feijó se vio obligado a dimitir. Comenzó la regencia de Araújo Lima, apoyada por los conservadores.
En 1839, David Canabarro, uno de los líderes de la revuelta, con la colaboración de Giuseppe Garibaldi, tomó Laguna (SC). Allí conocería a su futura esposa y compañera de lucha, Anita Garibaldi.
En esta provincia se fundó la República Juliana, confederada a la República de Rio Grande do Sul, ampliando el escenario de la revolución.
En 1840, con la temprana mayoría de edad de Don Pedro II, se concedió amnistía a todos los rebeldes políticos del período de la regencia.
Entonces, el nuevo presidente de Rio Grande do Sul, Álvaro Machado, designado por el gobierno imperial, intentó convencer a los rebeldes de que pusieran fin a la guerra y aceptaran una amnistía, pero no salió nada.
La masacre de Porongos y el fin del conflicto
En 1842, para poner fin al conflicto, Luís Alves de Lima e Silva, futuro duque de Caxias, fue nombrado presidente de Rio Grande do Sul y comandante de armas. El objetivo era poner fin a los combates y pacificar la provincia.
Ante las derrotas, los Farroupilha negociaron el fin del conflicto con el gobierno imperial. Sin embargo, aún debía resolverse la cuestión de los negros esclavizados que habían luchado durante diez años.
El gobierno imperial no aceptó su liberación y, por otro lado, algunos dirigentes de Farroupilha aceptaron devolverlos a sus antiguos dueños. Sin embargo, eso sería una traición y podría terminar en una rebelión.
Por eso, el 14 de noviembre de 1844, el campamento farroupilha – liderado por Canabarro – fue atacado por tropas imperiales. Sin embargo, donde estaban los lanceros negros, recibió la mayor parte del ataque y no recibió ayuda de sus propios compañeros de armas.
En 1845, los rebeldes aceptaron la propuesta de paz ofrecida por el gobierno. El Tratado Poncho Verde estableció:
- amnistía;
- incorporación de oficiales farroupilha al ejército imperial;
- liberación de los esclavos que habían luchado junto a los Farroupilhas;
- devolución de las tierras que habían sido arrebatadas a los rebeldes;
- disminución de impuestos en esa provincia y
- fortalecimiento de la Asamblea Provincial.
La Guerra de los Rags representó una victoria militar para las tropas del Imperio, pero una victoria política del lado de los Rags.
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