Una resolución concurrente es una resolución aprobada por ambas cámaras del Congreso (la Cámara de Representantes y el Senado) pero que no requiere la firma del Presidente. Las resoluciones concurrentes se utilizan para expresar el sentir del Congreso sobre un tema particular, pero no tienen fuerza de ley.
En el caso de la vigésima primera enmienda, el Congreso propuso la enmienda aprobando una resolución concurrente. Luego, la enmienda tuvo que ser ratificada por convenciones en tres cuartas partes de los estados para poder convertirse en ley.