* Falta de insumos y equipos: Las milicias a menudo carecían de los suministros y equipos necesarios, como armas, municiones y uniformes. Esto los hizo menos efectivos en combate y más vulnerables a los ataques.
* Injerencia política: Las milicias a menudo estaban sujetas a la interferencia política de los gobiernos locales y estatales. Esto podría llevar a que las decisiones se tomen basándose en consideraciones políticas más que en necesidades militares.
* Falta de coordinación: Las milicias de diferentes estados y localidades a menudo no estaban coordinadas entre sí, lo que dificultaba montar una defensa cohesiva.
* Moral baja: Las milicias a menudo sufrían de baja moral, ya que normalmente estaban compuestas por voluntarios que no estaban tan comprometidos con la causa como los soldados regulares. Esto podría provocar deserciones y falta de espíritu de lucha.
* Mal liderazgo: Los oficiales de la milicia a menudo no eran líderes militares experimentados, y esto podía llevar a una mala toma de decisiones y a una falta de mando y control efectivos.