Ostracismo social :Los sureños que abogaron públicamente por la abolición enfrentaron una intensa presión social por parte de sus pares y comunidades. A menudo fueron tildados de traidores o "simpatizantes de los yanquis" y excluidos de los círculos y redes sociales. Los amigos y familiares pueden repudiarlos, lo que les dificulta mantener relaciones y recibir apoyo.
Consecuencias legales :Muchos estados del sur tenían leyes que prohibían la discusión o publicación de literatura y discursos abolicionistas. Quienes violaban estas leyes corrían el riesgo de ser arrestados, encarcelados e incluso linchados por turbas proesclavistas. Algunos estados del sur también aprobaron leyes que restringían la libertad de expresión y de prensa, lo que dificultaba aún más la propagación del sentimiento abolicionista.
Violencia :Los sureños que se oponían abiertamente a la esclavitud enfrentaron amenazas de violencia y ataques físicos. Las turbas a favor de la esclavitud con frecuencia atacaron a los abolicionistas, destruyendo sus hogares y propiedades e incluso matando a algunas personas. El ejemplo más notable es el linchamiento del abolicionista Elijah Lovejoy en 1837 en Alton, Illinois.
Boicots económicos :Los comerciantes y terratenientes del sur a menudo condenaban al ostracismo económico a los abolicionistas, negándose a hacer negocios con ellos o contratarlos como empleados. Esto dificultó que los abolicionistas pudieran mantenerse a sí mismos y a sus familias.
Pérdida de ciudadanía :Algunos estados del sur aprobaron leyes que despojaron a los abolicionistas de su ciudadanía y sus derechos de voto, privándolos efectivamente de sus derechos y reduciendo su influencia en los asuntos políticos.
Reubicación forzada :En algunos casos, los estados del sur obligaron a conocidos abolicionistas a abandonar el estado o enfrentar un proceso penal. Esta reubicación forzada eliminó de la región a los opositores vocales de la esclavitud y les impidió difundir aún más sus puntos de vista.
A pesar de estos desafíos, algunos valientes sureños se atrevieron a hablar en contra de la esclavitud y abogar por su abolición. Estos individuos contribuyeron decisivamente a moldear la conciencia de la nación y allanar el camino para el eventual fin de la esclavitud.